martes, 18 de octubre de 2011

Reflexiones (I)


Voy en el colectivo, volviendo de la escuela. Me siento en uno de los últimos asientos (algo común en mi) y me pongo a pensar. La mayor parte de las cosas son boludeces sin sentido que van al ritmo de lo que voy escuchando. De repente, la realidad me golpea. El disparador fue algo bizarro, patético y denigrante para la raza humana. Un pibe, más o menos de mi misma edad, vestido "a la moda", con sus "amigos", escuchando la "música" a la moda (sí, usé muchas veces comillas, pero lo merecen). Eso me trae a la mente esas frases carentes de sentido y escritas en una deformación procedente del castellano que sólo ellos entienden que me veía obligado a leer en facebook. La imagen me deprime. Me hace acordar a lo bien que estaba en las vacaciones cuando no tenía contacto alguno con estos engendros. Vivía pegado a la computadora, pero es lo que soy. Mucha gente me tilda de asocial, pero es el modo de vida que yo elegí. Vivir en un lugar donde las personas se unen para avanzar, para crear cosas que solos no podrían, pero que muchas otras personas las necesitan, para brindarles a esas personas las soluciones, con un único pago: que lo disfruten. Este lugar llamado internet, lleno de gente de todas las razas, altos, bajos, gordos, flacos, pero en el cual todos se ayudan entre sí sin importar como se ve el otro. En el cual la superioridad no está dada por la belleza, o la cantidad de plata, sino por los conocimientos que posea, y que esté dispuesto a compartir. Una superioridad que uno se gana con esfuerzo, y que es reconocida y recompensada justamente.  

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